martes, 27 de abril de 2010

El periodismo en el cine negro

Como hemos podido comprobar a lo largo de los años, el mundo del cine cuenta con un gran abanico de posibilidades, como es la comedia, el drama, el romance, el suspense… Y como no podía ser de otra manera, la figura del periodista aparece en el cine reflejada de diversas maneras, entre las que se encuentra el cine negro.

Hoy en día es muy común encontrar en la gran pantalla a un periodista metido en problemas, ya sea porque ha descubierto una noticia importante y alguien no quiere que se publique, o se ve metido en una operación de espionaje, se le relaciona con un asesinato, o el mismo periodista es quien investiga dicho asesinato.

Son todas estas situaciones las que han llevado a considerar al periodista un elemento más del cine negro, convirtiéndose en uno de sus ingredientes. En el año 1948 El Reloj Asesino fue una de esas películas que jugaron con este elemento dentro del cine negro americano.

La película narra las peripecias de un periodista (Ray Millan) que trabaja en una publicación especializada en crímenes. Las 24 horas del día está dedicado a su trabajo, por orden de su despótico jefe, quien no atiende a razones con nadie. De la noche a la mañana se convierte en el principal culpable de un horrible crimen, una mujer es asesinada. Pronto se iniciará una carrera contrarreloj en la que tendrá que demostrar su inocencia y de paso descubrir al verdadero culpable. El hecho de sacar con éxito una revista sobre crímenes será un factor positivo para nuestro protagonista, ya que se trata de un hombre habituado a la investigación de casos.

La película arranca en un punto crítico, ya que nuestro protagonista está muy cansado, puesto que su trabajo absorbe prácticamente todo su tiempo. Este film arranca en un momento en el que el personaje estrella está dispuesto a hacer un parón en su vida tenga las consecuencias que tenga.

Parece que este hecho se acerca bastante a la realidad. Y es que en la mayoría de las películas vemos reflejado a un periodista que trabaja a destajo, hora tras hora, siempre presionado por la llegada del cierre. El mundo del cine nos muestra como el periodismo es una profesión difícil, que hace imposible llevar una vida personal paralelamente. Sería una suerte que este hecho sea un invento cinematográfico, pero por desgracia eso no es así. En la realidad una de las principales quejas de numerosos periodistas es el tiempo que este trabajo ocupa. Siempre con una hora de entrada, pero con la incertidumbre de cuál será la hora de salida. Siempre detrás de una noticia, de una información impactante que lleve a tu medio al puesto más alto, siempre compitiendo por ser los primeros, por dar una primicia… Y es que en este mundo nada resulta fácil.


El jefe del medio de comunicación, Charles Laughton aparece reflejado como un hombre malo, poderoso que despide a sus empleados, que siempre tiene que estar presente, que los exprime, que vive con la exactitud del reloj, frío y despiadado y a la vez cobarde y lleno de complejos. Un hombre que quiere la perfección y que lleva su vida y la de sus empleados cronometrada, es un hombre obsesionado por los relojes y el tiempo exacto. Y es que cada día la hora del cierre llega pronto, y para aquellos directores de medios de comunicación es importante tener una portada impactante. Tratar la noticia de mejor manera y por supuesto, distinta a los demás medios. Y es que hoy en día se habla de empresarios, los cuales hacen cualquier cosa para incrementar los beneficios. Desgraciadamente el periodismo se ha llegado a considerar únicamente un negocio.

La investigación periodística también aparece reflejada en este film. Ya que tanto el falso culpable como el verdadero harán lo posible por llegar a la verdad. Este es uno de los aspectos cómicos de la película, ya que el asesino, el cual también trabaja en el medio, empieza a poner a todos sus hombres a investigar pistas para dar con el ‘presunto culpable’ siendo el ‘presunto culpable’ él mismo. Este hecho genera más ritmo y más tensión.

Y una vez más nos encontramos con la búsqueda de la verdad, uno de los principales objetivos del periodismo. Llegar a la autenticidad de la noticia y mostrarla al público es algo que deberían de realizar todos los profesionales del periodismo. Aunque en la práctica este proceso cambia, ya que no siempre se muestran hechos verídicos sino hechos que benefician, hechos que permiten lucrarse e incrementar los ingresos, o simplemente no perjudicar a personas importantes.

Y es que donde está la barrera entre lo bueno y malo, lo moral y lo inmoral, lo correcto y lo incorrecto… Quizá sea difícil saberlo, quizá sea difícil diferenciarlo. Pero debemos ser conscientes de la existencia de esa barrera, e intentar hacer las cosas lo mejor posible. Y más cuando hablamos al mundo del propio mundo…

http://sinfuturoysinunduro.com/2009/06/08/odio-los-lunes-la-prensa-el-periodismo-y-el-film-noir/

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