Con nuestras amadas compañeras de trabajo, las palabras, podemos convencer hasta de cosas absurdas. Ver el lado bueno a cualquier asunto, incluso conseguir que la otra persona diga "Gracias por fumar". Esta comedia lleva al espectador a asumir las consecuencias de sus actos. Y para ello nos muestra a Nick Naylor jefe de prensa, casi relaciones públicas, de una industria tabaquera. Este profesional de la retórica le da la vuelta al tema del tabaco, como dice él "no escondas la verdad, sólo fíltrala".En esta peli nos damos cuenta de lo manipulables que somos no solo por como convence Nick dentro de la pantalla, sino por como convence Jason Reitman, el director, capaz de desarrollar una historia, en la que te llega a hacer simpatizar con un bando u otro a su antojo, solo con utilizar los argumentos de la manera apropiada en cada escena. Es decir, que no solo los periodistas podemos manipular, también lo hacen, o tienen la posiblidad de hacerlo, cineastas, publicistas... y porqué no políticos y demás charlatanes.
En periodistas podemos ver muchos ejemplos, pero esta semana tenemos los titulares sobre el apoyo al juez Garzón, que según cada medio ha tenido una magnitud diferente.
También en los últimos días encontramos el debate sobre el velo islámico en las escuelas. Y vemos como cada sector defiende su postura, hay cosas intragables, pero con el arte de la retórica todo vale. A favor: la iglesia, las feministas, etc. En contra: el instituto de la chica, el ayuntamiento, etc. Y cada unos por unos motivos diferentes... este tema no hay por donde cogerlo.
Porque llegados a este punto ¿que argumento tiene más peso? ¿por qué valen unos más que otro? o ¿hacemos un recuento numérico como si fueran objetos y ya esta?

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