"Un hatajo de pobres diablos, con los codos raídos y los pantalones llenos de agujeros, que miran por la cerradura y que despiertan a la gente a medianoche para preguntarle qué opina de Fulanito o Menganita. Que roban a las madres fotos de sus hijas violadas en los parques. ¿Y para qué? Pues para hacer las delicias de un millón de dependientas y amas de casa. Y, al día siguiente, su reportaje sirve para envolver un periquito muerto". Ésta es la opinión que tiene sobre los periodistas Hildy Johnson (Jack Lemmon) en la película primera plana.
Su director Billy Wilder a través de esta comedia nos refleja una visión del periodismo un tanto deteriorada, aquello que en la realidad no debería de pasar pero que, sin embargo, se ve diariamente. Billy Wilder aborda con mucho sarcasmo, pero con suma elegancia, temas que siguen en boca, como la ética profesional, la injusticia y el juego sucio en el mundo de la política.
Primera plana nos muestra la obsesión de un directo a la hora de buscar una noticia, el cual es capaz incluso de sabotear la boda de su mejor reportero para impedir que deje su puesto y la notica. Pero no es el único tema polémico que trata la película ya que también nos muestra a los profesionales de la información como seres sin escrúpulos y leoninos. Por otro lado, la película también habla de la pena de muerte y de la corrupción del poder.
Aunque se trata de una comedia, Primera plana, es mucho más desgarradora y crítica, mostrándonos en tono de comedia un retrato del poder mediático y de la corrupción en el mundo de la política. Habla de la industria de la información y de la industria de la justicia, es decir del dinero y del poder.
Earn Williams acusado de asesinar a un policía, es condenado a muerte y aguarda en la cárcel hasta que llegue su último día. Paralelamente a esta historia, Hildy Johnson periodista del Chicago Examiner va a mudarse a Filadelfia donde contraerá matrimonio con una joven pianista. Walter Burns director del Examiner hará todo lo posible para que esto no suceda, pues Hildy es su mejor reportero y quiere que haga un reportaje sobre el ahorcamiento de Williams.
“Bien, si está en los periódicos debe ser verdad. No imprimirían una mentira.”
El motivo de trasladarse a Filadelfia es abandonar su trabajo, pues el protagonista de la película tras un primer divorcio ha comprendido que la profesión y el matrimonio no son compatibles. Este hecho crea muchos interrogantes: ¿es verdad que para ser periodista debes asumir un larga soledad?, ¿y por qué sucede eso en el periodismo? ¿Qué diferencia tiene con otra profesión?
La película nos muestra como la prensa no siempre es veraz y objetiva. No se busca la verdad sino la mayor exclusiva, aquello que gusta al público y hace vender numerosos periódicos, todo ello por supuesto a base de mentiras, falsas noticias y primicias conseguidas de manera ilegal. En la película los periodistas pasan el tiempo jugando a las cartas y bebiendo, mientras sólo uno o dos llevan a cabo su trabajo. Cuando uno de los periodistas consigue algo y llama a la redacción para dar la noticia, los demás se aprovechan y llaman a sus periódicos dando una versión distorsionada de lo que ha dicho el primer periodista. Parece una exageración de la realidad, pero deberíamos pensar si en realidad es tan exagera como uno piensa. En los últimos tiempos parece que la prensa está hecha de mentiras y trapicheos.
Cada día vemos como se explotan las noticas más trágicas, como los sucesos más morbosos aparecen con regularidad repitiéndolos hasta la saciedad. Es cierto que el primer objetivo del periodismo es la verdad, pero hoy en día eso ha pasado a ocupar un último lugar. Ante directores que buscan el aumento de beneficios, periodistas que por un sueldo aceptan las órdenes de sus jefes, los cuales sólo tienen en cuenta aquello que quiere oír la sociedad, y no porque eso les importe, sino porque eso será lo rentable, lo que haga que la gente vea la televisión, compre un periódico o ponga una emisora de radio.
Se produce un atentado y todos los canales dan la noticia, y eso es lo normal, eso es lo que espera la gente, conocer que sucede en el mundo, que hechos trascendentes se producen. Pero cuando esos acontecimientos dolorosos para numerosas personas se explotan, cuando los medios se recrean en esas atrocidades, cuando pasa el tiempo y siguen hablando de ello, por ser algo morboso, algo inquietante, es en esos momentos cuando se comete el error. No se tienen en cuenta la gente que llora en sus casas, la gente que necesita seguir y olvidar, superar y dejar atrás el dolor. Eso da lo mismo para un empresario que sentado detrás de una mesa ve como sus beneficios pueden crecer.
"Si le vas a decir a la gente la verdad, se gracioso o te matarán”
Vemos imágenes de guerra, de niños muertos, mujeres violadas, imágenes del hambre que se pasa en el tercer mundo o de la violencia que se vive en numerosos sitios. Lo vemos una vez y dos y tres veces, nos lo repiten constantemente pero sí el mundo es tan consciente de esos sucesos, ¿por qué no se hace nada por cambiarlo? ¿Por qué llevan décadas mostrándonos esas imágenes sin más? Pues aunque suene muy duro, parece ser que los beneficios que crean esas situaciones extremas, esos momentos horribles dan tantos beneficios que no parece que les merezca la pena acabar con ello.
Quizá Primera plana es una de las películas que mejor reflejen lo que sucede en la actualidad, lo cual lo hace con un tono cómico y bastante elegancia. Y debemos de tener en cuenta que Wilder fue periodista, y quizá por eso se permitió ser especialmente cruel con un mundillo que era tan suyo.
Viendo que la realidad es así, deberíamos tomar cierta conciencia y dentro de nuestras posibilidades intentar cambiar algo. Yo por mi parte como futura licenciada en periodismo sólo puedo decir que siento lástima de que el mundo sea así, de que se pierdan los principios buscando simplemente unos beneficios económicos. Espero que nuestra generación pueda cambiar algo, espero que volvamos a los buenos principios del periodismo, a aquellos que hicieron que la verdad y la objetividad fueran lo importante.
Un mensaje quiere dejar Primera Plana a todos los periodistas del mundo, un recordatorio. Ética, responsabilidad y honestidad, son los valores que Wilder busca resaltar y qué manera de hacerlo, siempre fiel a sus principios "Tengo diez mandamientos. Los nueve primeros dicen: no debes aburrir" y no aburrió.




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