A vueltas con el decodificador

28 de octubre de 1956. A priori se trata de una fecha cualquiera, pero ese día fue el inicio de la televisión en España. Había un sólo canal y el número de aparatos en nuestro país se contaba casi con los dedos de las manos y sólo en Madrid, hasta que la cuota de mercado fue creciendo poco a poco. El impacto fue enorme en un país que aún no tenía las heridas de la Guerra Civil cicatrizadas. Si no, que se lo digan a Felipe (Tony Leblanc) en Historias de la televisión. La llegada de la televisión le causó tal impresión que acabó convirtiéndose en adicto a los concursos. O a Katy (Concha Velasco), que vio como la pequeña pantalla la daba la oportunidad de convertirse en una cantante famosa. Hoy, 14 de marzo de 2010, estamos a las puertas de decir adiós a esta televisión y dar la bienvenida a la Televisión Digital Terrestre (TDT)... al menos el que sea capaz de sintonizarla en plena era de la sociedad de la información del siglo XXI.

La TDT es el resultado de la aplicación de la señal digital (código binario) a la televisión, en detrimento de la señal analógica. La señal digital se transmite por medio de ondas hercianas terrestres, es decir, aquellas que se viaja por la atmósfera y se reciben por medio de antenas convencionales. Pues bien, el próximo 3 de abril acontece el ya más que mítico apagón analógico, o lo que es lo mismo, la TDT será la unica forma de ver la televisión a través de un televisor (sin contar con Internet, cable y satélite y por no hablar de la TDT de pago). 

Las ventajas de este modelo son claras: Más canales, mayor calidad de imagen y sonido y más interactividad o servicios. Las desventajas: el 4% de españoles que no tienen acceso a los canales privados y el 2% que no reciben las cadenas públicas (según el Ministerio de Industria). Visto así parece que la cobertura es bastante notable, pero no más lejos de la realidad, ese 4% representa a 1.840.000 españoles aproximadamente y el 2% a la mitad, 920.000 personas. El día 4 de abril, estos habitantes habrá pagado sus impuestos para no recibir un servicio público.

Y estos porcentajes según el Estado, pero con total seguridad que son mayores. Simplemente por el hecho de que a 14 kilómetros de la Puerta del Sol en Madrid y a unos 20 de Atocha, los canales de la TDT que viajan por la frecuencia alta no llegan a los televisores. El barrio de Santo Domingo de Alcorcón no recibe con la suficiente intensidad de señal como para esas cadenas, a pesar de que en la web oficial ponga que sí. Este lugar es un ejemplo de la decenas de sitios en donde se repite la historia.

Por otro lado, la interactividad de la TDT en España brilla por su ausencia. Se pronosticaban una cantidad inmensa de servicios que iba a llegar de la mano de lo digital. Aunque hay tiempo de sobra para desarrollar esta capacidad, lo cierto es que en la actualidad brilla por su ausencia. Normal. Las propias cadenas no ofertan contenidos de calidad en sus parrillas. Los pequeños canales no pueden competir con los grandes y apenas buscan fórmulas para captar más audiencia. Está claro que en el momento que la señal analógica se corte la competencia variará. Sin embargo, veremos en que cuatía se lo toman en serio las empresas. 

En definitiva, las miles de personas que se quedan sin televisión en abierto podrían haber tenido mejor suerte si el apagón analógico no se hubiera adelantado dos años, ya que anteriormente estaba determinado para 2012. Queda claro que el adelanto ha sido un error. España aún no está preparada para emitir con éxito de cobertura y calidad en señal digital. Yo mientras, ya he renunciado a que venga más veces a casa un antenista (el de la primera foto es un ser desconocido por mí) y a pegarme con el decodificador. Al fin y al cabo no tiene la culpa. La tienen, una vez más, los de arriba. Seguro que ellos reciben TDT en sus televisores de plasma Full HD.