domingo, 28 de febrero de 2010

El lado humano del periodismo


Empieza el sonido de las bombas, los terremotos arrasan a su paso ciudades enteras, las lluvias se llevan recuerdos materiales en diferentes lugares, pandemias mortales asolan ciudades...
Es en ese momento cuando aparece la figura del enviado especial. En décimas de segundo las catástrofes mandan al traste la rutina de estos profesionales. De manera inesperada tienen que coger un avión y tratar de ser los primeros en contar lo acontecido, los primeros en llevar a la casa de cada uno de nosotros las imágenes de lo sucedido, convirtiéndose así en nuestros ojos en el lugar de la tragedia.

El periodista siempre se pone en el lugar de los hechos pero los hechos nunca se ponen en el lugar del periodista, el cual normalmente a falta de medios tiene que ser capaz de transmitir la realidad suavizada a los espectadores desde la barbarie del momento. Ha de ser capaz de templar sus emociones para transmitir una visión objetiva al resto del mundo desprovista de cualquier sentimentalismo, por tanto se les pide que actúen como profesionales ante algo que toca su lado más humano..

Por ello, esta semana dedico mi entrada a todos aquellos profesionales que de forma inesperada en cualquier situación se trasladan al lugar de los hechos, y nos permiten ver lo que sucede en diversas partes del mundo. Con su trabajo y su esfuerzo somos capaces de ver las tragedias que asolan el mundo y nos concienciamos de lo que realmente ocurre.
Una de las principales funciones del periodismo es estar al servicio de la sociedad y en estos momentos es cuando mejor se cumple esa función.

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